Una de las mayores preocupaciones de los inmigrantes, o por lo menos de quienes por cualquier razón dejan ese lugar en el que crecieron y les brinda seguridad, es el ser rechazadas por el sitio al que van. Es ser objeto de posiciones racistas que les dificulten, o incluso les imposibiliten el normal desarrollo de sus vidas en el sitio al que inmigran.
De hecho ser objeto de racismo, puede ser entendido como una de las mayores dificultades que alguien puede tener, en el proceso de establecerse en un nuevo lugar. Pero hay una reacción de los inmigrantes que es incluso peor que el racismo, y es ser objeto de racismo por uno mismo. Autoexcluirse. Es decir, suponer en los demás actitudes que no existen, o que por lo menos todavía no se han hecho manifiestas y actuar acorde a éstas. Es comenzar a referirse a los miembros del país al que se emigra como “blancos”.
Pues es en este proceso de autoexclusión, en el cual se pone en los demás las falencias en el proceso de adaptación del inmigrante. Ya no se trata de falta de voluntad para aprovechar las ventajas que los sistemas que “los blancos” han creado para el desarrollo personal de los miembros de sus sociedades, es suponer, de antemano, que por ser inmigrantes todas las puertas están cerradas, pues las sociedades de “los blancos” están cerradas y son hechas por y para ‘los blancos”.
Máxime teniendo en cuenta que sociedades como la canadiense están compuestas por una de las mezclas mas ricas de culturas que plantean una dificultad formal a cualquier posibilidad de racismo o discriminación. Sin embargo, la referencia a “los blancos” como causa de los inconvenientes en la mejoría de las circunstancias del inmigrante no se da solo en los latinos, también filipinos, iraníes e incluso croatas con mas de cincuenta años de haber inmigrado, continúan con esas formas de auto-exclusión, que hacen tan difícil el proceso de integración y sentirse parte.
No se trata de negar que eventualmente puedan haber posiciones racistas por parte de algunos de los miembros de las sociedades a las que se inmigra, se trata de que dentro de estas, existen los mecanismos legales para impedir estas situaciones, y a estas se debe acudir para solucionarlos. En caso de que estas no lo consigan, aun queda la protesta publica, o los medios, pero la auto-exclusión, es una forma de autocompasión que no le viene bien a los inmigrantes, que no nos viene bien, si pretendemos hacer parte de esta sociedad que nos a acogido.
Hollman Lozano
hollman.lozano@yahoo.ca
Vancouver, marzo 3 de 2006
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