ETNOCENTRISMO A LA ITALIANA

No importa cuanto dinero ni cuanto poder se tenga, la ignorancia no es una desventaja proveniente de una falta permanente de oportunidades, ésta es la obstinación en dar respuestas prediseñadas a interrogantes abiertos de diverso tipo.
Lo anterior se puede comprobar en las declaraciones públicas dadas la semana pasada por el primer ministro de Italia Silvio Berlusconi. En las señaladas declaraciones, el primer ministro aseguró que:
“Yo no quiero una Italia multiétnica ni multicultural, pues estoy orgulloso de la tradición cultural de mi país y no quiero que esta se pierda.”
Pero por si esta frase fuera poco, en septiembre de 2001, solo 13 días después de los atentados del 11 de septiembre el premier Berlusconi aseguraba que:
“Nosotros debemos ser conscientes de la superioridad de nuestra civilización, la cual consiste de un sistema de valores que ha dado a la gente prosperidad en estos países en los cuales se ha aplicado y que garantiza respeto por los derechos humanos y la religión.”
Sin embargo, el evidente etnocentrismo que destilan las frases citadas, no solo proviene de un italiano enceguecido por su perpetuación en el poder; sus palabras reflejan el sentir de muchos italianos e incluso europeos que acusan a la inmigración, de la creciente falta de empleo de la cual es objeto la vieja Europa, pues aducen que son los inmigrantes, quienes se quedan con los trabajos, además de destruir la cultura europea al mezclarla con sus propias.
Pero lo que se le olvida a los italianos y europeos en comento, comenzando por Berlusconi, es que la mayoría de trabajos realizados por los inmigrantes, son aquellos para los cuales algunos italianos se sienten culturalmente superiores o racialmente incapacitados.
Ello sin olvidar, que la riqueza cultural que pretenden defender, no les ha permitido entender que la cultura no es, no ha sido y no será una realidad que se pueda detener en el tiempo, las culturas son de por si móviles testimonios que manifiestas las particularidades de los tiempos vividos. Pues en el momento en que una cultura para su proceso natural de movimiento deja de existir, se anquilosa, y termina convirtiéndose en causa política de etnocentristas desesperados.
Además de un desconocimiento de lo cultural como tal, los señalados también desconocen que esa cultura de la cual hoy se vanaglorian, no fue constituida a través de los años por comunidades decididamente italianas, pues hace parte importante de su historia, de su trasegar como cultura pueblos como los umbríos, los samnitas y los latinos, los cuales junto con los etruscos, provenientes de la zona Frigia en Asia Menor, pueden considerarse como los primeros pobladores de lo que hoy se considera Italia.
El mundo ha perdido muchas vidas al gatillo de consideraciones etnocentristas, como para volver tan pronto a ellas, pero es necesario comprender que en el momento en que una cultura precisa del etnocentrismo para defenderse, es porque su vitalidad está en duda.

Vancouver, Abril 3 de 2006

Hollman Lozano

hollman.lozano@yahoo.ca