Thursday, November 23, 2006

Institucionalidad y Elecciones en México


A escasas semanas de la posesión de Felipe Calderón como Presidente democráticamente electo de México, aún continúan las declaraciones e impugnaciones por parte de los seguidores de su opositor político Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo las posibilidades de que el Instituto Federal Electoral recuente los votos, o decida permitir contar los votos uno por uno no parecen posibles. No porque no exista la posibilidad de que las irregularidades de las que se queja el PRD, -el partido de López Obrador- no existieran, sino porque desde el comienzo de lo que parecía un empate técnico electoral, lo que se dio fue una discusión sobre la naturaleza privada o publica de los votos.
A simple vista ello parecería un asunto menor. Públicos o privados, los votos deben ser contados para determinar, cual fue el candidato que saco el mayor número de votos, o lo que vale decir gano las elecciones. Pero en una decisión errada, el tribunal decidió que si bien los votos habían sido hechos con dineros públicos, estos no constituían documentos, sino expresiones materiales de las preferencias electorales de los ciudadanos, que pierden su carácter de papeletas electorales cuando los ciudadanos votan. Por lo tanto, lo que cuenta, a lo que habría que ir para verificar el total de votantes por cada una de las opciones sería a las actas de cada una de las mesas de votación, pues son los documentos elaborados para sustentar las decisiones de los ciudadanos en cada una de las mesas correspondientes.
Contrario a lo señalado por el Instituto Federal Electoral, las papeletas electorales son solo eso. Papeles creados por las autoridades electorales para que los ciudadanos escojan al candidato de su preferencia para que rija los destinos de su nación, pero dejan de ser simples papeletas, cuando cada uno de los ciudadanos lo utiliza como vehiculo para manifestar una opción hacia su alternativa preferente. Por ello, es en tanto el ciudadano, vale decir, el elector, que el sufragio es tal y no un simple papel con unas fotos, unos nombres y colores dispuestos de alguna manera.
En razón a lo anterior es allí a donde se deben ir a contar los votos. A los votos mismos. No porque las actas estén decididamente mal llenadas, o existan irregularidades, que aparentemente existen, sino porque la sola posibilidad de que quien va a ocupar la silla del águila, no fue elegido democráticamente por los mexicanos, genera una inestabilidad y debilitamiento de las instituciones que cualquier esfuerzo que se lleve a cabo para limpiar de sombras las elecciones debe llevarse a cabo. No solo por los intereses de los directamente interesados, López Obrador y su partido, sino por la tranquilidad política del porvenir mexicano. De lo contrario, más Oxacas, entendidos como levantamientos populares para controvertir decisiones políticas, serán el pan de cada día en aquel país, y en todo aquel que pretenda sobreponerse a los intereses de sus nacionales.
Ojala no sea demasiado tarde para los mexicanos, luego de la posesión de Calderón, muy poco será lo que se podrá hacer, por las vías institucionales.

Hollman Lozano


hollman.lozano@yahoo.ca

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