La semana pasada la organización armada ‘Euskadi Ta Askatuma’ (País Vasco y Libertad), mejor conocida como ETA, anunció un cese al fuego permanente, como resultado de los discretos contactos de paz, conocidos como preconversaciones, iniciadas desde Mayo de 2005 por el gobierno de Rodríguez Zapatero, con el grupo armado.
Si bien es cierto que anteriores ceses al fuego anunciados por ETA, no han logrado mantenerse en el tiempo, las pre-conversaciones que han conducido al presente cese al fuego permanente, así como la apertura española, que no francesa, a la posibilidad de la autodeterminación Vasca, permiten un clima de esperanza, pues se trata de una respuesta política a una iniciativa también política del gobierno de Rodríguez Zapatero.
Lo que si sorprende en el caso del las conversaciones de paz del gobierno español con la organización armada ETA, es la miopía política del opositor Partido Popular, el cual luego de conocerse el cese al fuego permanente declarado por ETA, aseguró a través de su líder Mariano Rajoy que este era “una pausa, no una renunciación de la actividad criminal”, anteponiendo sus intereses personales, así como los intereses de poder de su partido, al público clamor por la salida negociada.
Otro de los aspectos que no deja de cuasar sorpresa, a pesar de que es un hecho no solamente restringido al fenómeno etarraga, es aquél según el cual ETA está debilitado militarmente y por ello acude a las conversaciones de paz, como un intento de salvar lo poco que queda de sí misma. Si bien es cierto que hace pocas semanas ETA cumplió 1.000 días sin matar ni herir a nadie, no menos cierto es que durante este tiempo no ha cesado de poner bombas de bajo poder explosivo causando solo daños materiales, ni de extorsionar a través del llamado ‘impuesto revolucionario’ a comerciantes e industriales etarrazas, ni de acudir a la “kate borroka”, violencia callejera de baja intensidad; o vandalismo a cargo de jóvenes encapuchados[1].
No menos sorprendente que lo anterior, es la gratuita asociación de los medio y algunos académicos de las actividades político-militares de ETA y el Sinn Fenn Irlandés. Pues aunque a primera vista parecieran tener cosas en común, movimientos separatistas armados al interior de Europa, la falta del tinte religioso del Sinn Fenn irlandés por parte de ETA, hace prever que una apertura responsable de los espacios democráticos a Batasuna, brazo político ilegal de ETA, así como un manejo apropiado de los presos de ETA, paralelo a un proceso de revisión en el cual se analicen las condiciones según las cuáles la región Vasca va a continuar sus relaciones con España y la convidada de piedra de Francia, puede facilitar las posibilidades de un tránsito hacia la democracia del grupo armado.
Es necesario ser prudente, como lo señaló el jefe del gobierno español al referirse a los avances logrados con ETA, pero es necesario que esa prudencia no signifique escepticismo, pues se estaría cerrando una vez mas la puerta del dialogo con ETA, y el país Vasco así como España y Europa, no están dispuestas a pagar el precio de una nueva escalada de violencia, que sobrevendría a unas negociaciones infructuosas entre el Gobierno español y ETA.
Vancouver, Marzo 27, 2006
Hollman Lozano
hollman.lozano@yahoo.ca
[1] Antonio Caballero Revista Semana
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