Monday, March 03, 2008

La muerte de Raúl Reyes; algunas reflexiones

Luego de seis años en el poder, y destinar el cinco punto ocho por ciento del producto interno bruto del país al sostenimiento de la guerra, la política de seguridad democrática en Colombia, ha dado uno de los resultados que tanto se le pedían, el capturar o dar de baja a alguno de los miembros de la cúpula de las Farc. Raúl Reyes ha sido dado de baja en aun no muy claras operaciones de las fuerzas armadas colombianas en el ecuador. Si bien es cierto que las fuerzas armadas están en la obligación constitucional de “defender” a los colombianos, no parece claro que se hayan hecho mayores esfuerzos para capturar al jefe guerrillero y su comitiva. Máxime si se tiene en cuenta que las informaciones de inteligencia de que disponían, así como la interceptación de una llamada satelital, daban certeza sobre el sitio y la hora donde estaría el jefe de las Farc. El otro asunto que llama la atención es lo confuso del sitio de las operaciones. El gobierno colombiano asegura que la participación aérea siempre se hizo de manera tal que no violara el espacio aéreo ecuatoriano, sin embargo llama la atención como se hace para bombardear territorio ecuatoriano sin violar su espacio aéreo. Pretender hoy, que el campamento donde fue dado de baja está en territorio colombiano es creer a pie juntillas los comunicados del gobierno sin leer entre líneas las inconsistencias de las versiones oficiales, sin entender, que el campamento estaba dos kilómetros adentro del territorio ecuatoriano. No se trata de subestimar lo que la muerte de Raúl Reyes implica en el escenario del conflicto colombiano, es un logro militar importante con relevantes consecuencias políticas y militares en el ya álgido conflicto armado interno. De lo que se trata es de poner de presente que la mayoría de los golpes puntuales que el gobierno colombiano le ha propinado a las Farc se han dado en confusas operaciones militares en países vecinos, que no solo violan la soberanía de estos, sino que plantean serios riesgos para las relaciones con los países vecinos. Las fuerzas armadas están en la obligación de cumplir con su deber, pero ese deber tiene que ser cumplido dentro de las rigurosas normas del Derecho Internacional Humanitario y el respeto a la soberanía de los países vecinos, no hacerlo es legitimar los discursos que tanto daño le han hecho a la institucionalidad colombiana, aquellos según los cuales el fin justifica los medios, incluso si estos medios traen aún peores consecuencias que las que intenta resolver. Aún están por verse cuales serán las consecuencias reales de la muerte de Raúl Reyes, algunos analistas hablan de una desmoralización de la tropa guerrillera, un abandono en masa de filas por parte de guerrilleros rasos, al sentirse desmoralizados, vulnerables y desprotegidos. Sin embargo el escenario opuesto también es posible. La escalada de acciones militares por parte de las Farc para demostrar que aun son capaces de afectar al gobierno colombiano, y fortalecer su posición, es una alternativa que parece estar más en sintonía con el tradicional comportamiento de las Farc.

El conflicto no debe y no puede ser ganado de cualquier manera, el gobierno colombiano y las fuerzas armadas no deben ser los principales violadores de la ley interna y las normas internacionales, la institucionalidad esta de su lado, así como la obligación de respetar y hacer respetar la ley, de lo contrario, volvemos al tan dañino discurso según el cual, el fin justifica los medios.
Hollman Lozano

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