Sunday, August 20, 2006

Israel y la batalla perdida


Si “…la guerra moderna es la continuación de la política por otros medios…”, como dijera Carl von Clausewitz hace algunos años, en su libro De la guerra, entonces Hezbollah le ha ganado la batalla al estruendosamente poderoso estado israelí. Pero esa batalla ganada por Hezbollah no fue ganada por una actividad militar consistente que repeliera cada uno de los ataques israelíes, pues el número de bajas del lado árabe dobla de lejos los israelíes caídos. La batalla fue ganada a través de una consistente práctica de guerra de guerrillas que hizo lucir ridículo e inasertivo al ejército israelí, el cual, a pesar de contar con el apoyo irrestricto de Estados Unidos, la carta de condenación de los países miembros del G-8 entre los que se encuentra Egipto Jordania y Arabia Saudita a Hezbollah por el secuestro de los dos soldados israelíes, y las constantes promesas de los altos mandos israelíes según los cuales acabar con Hezbollah era cosa de una semana, no lograron ni en los mas mínimo desarticular la organización, ni dar de baja a ninguno de los altos mandos de la organización armada, ni siquiera rescatar a los dos soldados capturados por Hezbollah, los cuales fueron la excusa por la cual todo esto comenzó.
Por el contrario, lo que Israel logró fue fortalecer unas relaciones que por sí solo Hezbollah no hubiera podido restablecer. Me refiero al restablecimiento de las relaciones entre la señalada organización y el estado Libanés, el cual ha asegurado que los miembros de su ejercito no van a tomar parte en el desarme de Hezbollah. No solo por el alto contenido chiíta en el ejército libanés, ni por el absoluto respaldo con el que cuenta la organización armada en la parte árabe del Líbano, sino porque incluso los católicos libaneses que durante mucho tiempo se opusieron rotundamente a las practicas y perspectivas de Hezbollah llegaron a sentirse representados por estos, contra el brutal e indiscriminado atropello perpetrado por el ejercito israelí en la parte árabe del Líbano.
De hecho la gran conclusión de la perdida de la batalla por parte del Estado israelí es que no tenía in idea de la inmensidad de la batalla a la que estaba yendo. No tenia ni idea pues no parece haber considerado la aceptación con la que cuenta Hezbollah entre la población árabe del Líbano. Pero contrario a las creencias de los analistas, esta aceptación no ha sido ganada mediante la cooptación y el miedo, si no todo lo contrario, a través de un proceso persistente y dedicado de acompañamiento a los menos favorecidos y a las victimas del conflicto con planes de atención social y respuestas inmediatas como lo señala Sonia Verma en el caso de Marwan Shamone, el cual recibió diez mil dólares de Hezbollah como compensación por los daños recibidos para que viva mientras la compañía de construcción del movimiento armado Santa Guerra por la Construcción construye su casa de nuevo. Incluso cuando la persistencia de los bombardeos israelíes dificultaba las más elementales actividades de los miembros de Hezbollah estos se encargaban de proveer con agua y reservas de comida a las poblaciones victimas del conflicto.
No se trata de resaltar las bondades de Hezbollah. Se trata de reconocer que a pesar de sus tórridas relaciones con Siria e Irán Hassan Nasrallah y las demás cabezas de Hezbollah han comprendido lo que Israel y Estados Unidos no han podido. Que las guerras son políticas y no se gana solo con tecnología y bajas del lado contrario, si no con aceptación y respaldo de las poblaciones, con su participación activa y decidida, pues para bien o para mal los muchachos árabes del Líbano crecen queriendo formar parte de Hezbollah, mientras miembros de la reserva israelí se resistían a la idea de tener que ir al frente. Ello sin olvidar las voces al interior de Israel que culpan al primer ministro Ehud Olmert y al recientemente nacido pero ya feneciente partido político Kadima por las consecuencias de ir a una guerra sin las herramientas de inteligencia necesarias ni un plan efectivo que hubiera hecho lucir menos ridícula su actividad en el Líbano, pero no todo esta dicho y aunque Hezbollah ha ganado la batalla, es solo una en una larga guerra que desafortunadamente va a continuar.




hollman.lozano@yahoo.ca

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